SIN OXÍGENO NO HAY VIDA
Alivia el oncodolor y mejora la calidad de vida en pacientes oncológicos
Oncodolor: la OTHB coadyuva al control del dolor oncológico y eleva las puntuaciones de calidad de vida (Karnofsky, EORTC QLQ-C30 y H&N35) tras cirugía, quimioterapia y radioterapia.
ONCODOLORDOLOR ONCOLÓGICO
o2 Bajo Presión


Donde la medicina convencional se detiene, la Oxigenoterapia Hiperbárica abre una vía de esperanza: alivia el dolor, restaura la función y devuelve a los pacientes oncológicos el derecho a vivir con dignidad y plenitud.
La Oxigenoterapia Hiperbárica (OTHB) se postula como un recurso innovador y cada vez más consolidado en el manejo del dolor oncológico refractario. Al actuar sobre el dolor neuropático y mixto, no solo proporciona un alivio importante, sino que también mejora la calidad de vida, la funcionalidad y el bienestar general del paciente oncológico, incluso en fases avanzadas y tras tratamientos invasivos.
El descanso de María
María, de 62 años, fue tratada de cáncer de mama con cirugía y radioterapia, pero durante meses arrastró un dolor crónico intenso en el brazo irradiado, dificultando el sueño y limitando su rutina diaria. Tras completar un ciclo de 30 sesiones de OTHB (2,0 ATA, 90 minutos diarios), el dolor descendió de 6 a 2 en la escala NRS, durmió mejor y recuperó la confianza para sus actividades, devolviendo un sentido de normalidad a su vida.
Caso clínico y fundamentos fisiopatológicos
El dolor en pacientes oncológicos suele tener un componente neuropático causado por lesión nerviosa y fibrosis postquirúrgica o tras radioterapia. Persisten los estímulos inflamatorios (TNF-α, IL-1β, IL-6), mientras la hipoxia y el estrés oxidativo agravan la disfunción mitocondrial y la apoptosis neuronal, manteniendo la sensibilización dolorosa.
Protocolo OTHB
El esquema recomendado para el tratamiento del oncodolor mediante Oxigenoterapia Hiperbárica consiste en sesiones diarias a una presión de 2,0 atmósferas absolutas (ATA), cada una de 90 minutos de duración, cinco días a la semana. Se pauta un ciclo de 20 a 30 sesiones, ajustando según respuesta y tolerancia particular del paciente. La OTHB puede integrarse en paralelo al tratamiento farmacológico estándar, potenciando la eficacia de analgésicos neuropáticos y opioides, reduciendo en muchos casos la dosis necesaria.
Este protocolo se considera seguro bajo supervisión médica, incluso en pacientes que continúan con quimioterapia o trascursos avanzados de radioterapia. La hiperoxia óptima a 2,0 ATA maximiza el efecto analgésico modulando la producción de óxido nítrico, activando vías endógenas de péptidos opioides y restaurando la función mitocondrial, aspectos fundamentales en el alivio del dolor y la regeneración nerviosa.
Beneficios demostrados y mecanismos clave
Analgesia endógena: Inhibición de iNOS/nNOS y liberación de péptidos opioides, interrumpiendo la cascada dolorosa de origen neuropático y mixto.
Neuroprotección y reparación mitocondrial: Reducción de la mitofagia, restauración de la conducción nerviosa y freno a la apoptosis neuronal.
Antiinflamación local: Descenso de citocinas proinflamatorias en el tejido irradiado y quirúrgico, evitando la sensibilización periférica crónica.
Sinergia con fármacos: Posibilidad de reducir dosis de analgésicos, limitando efectos secundarios y toxicidad acumulativa.
Evidencia clínica en calidad de vida
Diversos estudios documentan que la OTHB aumenta significativamente los puntajes en escalas objetivas de calidad de vida.
En proctitis posradioterapia, los pacientes tratados con OTHB vieron reducidos los efectos adversos y mejorados los puntajes de Karnofsky de manera sostenida.
En cáncer de cabeza y cuello, 30 sesiones de OTHB mejoraron notablemente ítems como deglución, dolor y sequedad oral según la escala EORTC H&N35, superior al grupo control.
En cáncer de mama, el 81% de las pacientes logró reducir al menos un punto en la escala de dolor NRS y mejoró la movilidad y la sensibilidad cutánea, reflejado en el módulo BR23 de la EORTC.
Preguntas frecuentes
¿Qué tipos de dolor oncológico responden mejor?
Sobre todo dolor neuropático tras radioterapia o cirugía y dolor mixto en tejidos irradiados, incluidas secuelas de linfadenectomía.
¿Por qué utilizar una presión de 2 ATA?
A 2,0 ATA se logra la hiperoxia máxima necesaria para la modulación eficaz de las vías analgésicas profundas, manteniendo un perfil de seguridad óptimo.
¿Cuántas sesiones suelen requerirse?
Se recomiendan al menos 20 sesiones; muchos pacientes notan mejoría clara entre la décima y decimoquinta.
¿Es segura la OTHB en pacientes oncológicos activos?
Sí. Bien supervisada no aumenta el riesgo de recidiva tumoral y puede integrarse sin problema con otros tratamientos oncológicos.
¿Qué impacto tiene en la calidad de vida?
La mayoría de los estudios reportan mejoras en función diaria, sueño, movilidad y ánimo, reflejadas en las escalas Karnofsky, EORTC QLQ-C30 y módulos específicos para dolor y función en diferentes localizaciones tumorales.
Recap técnico (Take-home Message)
Alivio multifactorial del dolor: vía opioides endógenos, inhibición iNOS/nNOS y neuroprotección mitocondrial.
Protocolo óptimo: 2,0 ATA × 90 minutos diarios, 20–30 sesiones.
Evidencia clara de mejora de calidad de vida: reducción de efectos adversos, dolor y limitaciones funcionales.
Perfil seguro y compatible con tratamiento integral del paciente oncológico.
La OTHB, respaldada por la evidencia científica y clínica, es una herramienta eficaz y segura para acompañar a pacientes oncológicos en la mejora del control del dolor y la recuperación de su vida cotidiana.
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